El año 2018, en Septiembre, temporada final de Caza del Centro Galáctico, tuve la fortuna se ser enviado, por trabajo a San Pedro de Atacama… y en luna nueva.
Es bien sabido, que dentro de los mejores cielos del mundo, para la observación, y por ende, para la Astrofotografía, se encuentran en dicha zona, así es que el viaje se me hacía muy interesante, sólo me faltaba coordinar la movilización en la zona.
Alexis Trigo, un muy buen Astrofotógrafo de la zona, hacía tours nocturnos en San Pedro, así es que me comuniqué con él sin conocerlo más allá de las redes sociales, con el fin de tomar algún tour con él, sin embargo, la situación dio un giro, llegando a coordinar, junto a Carina Letelier (a quien en ese tiempo no conocía más allá de redes sociales y ahora, mi mejor amiga, amistad que surgió en ese viaje), un viaje Astrofotográfico, a varios lugares emblemáticos de la zona.
Una de las noches, fue destinada a visitar los Monjes de la Pacana o Moais de Tara ubicados a 130 km de San Pedro hacia la cordillera y a 4.500 msnm, francamente fue idea de Cari, no había escuchado hablar de ellos, y sin duda, valió cada kilómetro recorrido, valió la pena la Puna, y el frío, ya que esa noche, por primera vez estuve bajo un cielo tipo 1 en la escala de Bortle.
Es imposible describirlo, es un espectáculo inimaginable, antes de conocer un cielo así pensé, erróneamente que la oscuridad sería absoluta, sin embargo, la zona de Escorpión y Sagitario de la Vía Láctea, resulta tan luminosa al estar libre de contaminación, que es capaz de provocar sombras.
Alguna vez había leído, que bajo un cielo así, se podía distinguir la Galaxia de Andrómeda, distante a 2.5 millones de años luz. Es muy distinto vivirlo, que leerlo, resulta emocionante, saber que esa luz, que fue emitida por la Galaxia, galaxia que estás viendo a simple vista, fue emitida hace 2.5 millones de años, y recién ahora la estás viendo. Un enorme viaje al pasado.
Respecto a la parte del Brazo de Sagitario de la Vía Láctea que nos es visible, que aparece en la foto, las nebulosas oscuras, como la nebulosa de la Pipa, Saco de carbón, y las zonas de nebulosas más clara, eran fácilmente visibles. No es exagerar decir, que lo que logré plasmar en la foto, fue muy similar a lo que vi en vivo, claro, en tonos grises, dado que en la oscuridad, nuestros ojos no pueden ver ciertas longitudes de onda, que la cámara si logra obtener.
Resultaba fácil observar las constelaciones que conocía, unir sus estrellas y entender el por qué del nombre que le dieron nuestros ancestros. Ver a Escorpión recorriendo el cielo en busca de Orión, y más tarde, ver aparecer a Orión, escapando, y a la vez, siguiendo a las 7 hermanas, las Pléyades, protegidas por el Toro, por Tauro, sin duda, uno de los mejores espectáculos que he visto.
Haber estado bajo un cielo así, es un privilegio. Tener los cielos de Chile, es un privilegio, se estima que 1/3 de la humanidad no puede ver la Vía Láctea, generaciones enteras no la han visto, debido a la luz artificial, y a muchos de nosotros nos basta recorrer un par de kilómetros para estar bajo un manto de estrellas.
Es importante, que se tomen los resguardos necesarios, o en su defecto, hacer cambios para proteger el cielo, usando luminarias adecuadas, y así poder mantener ese privilegio de ver cada noche parte de la inmensidad del Universo.